En Chile, el Agro ha ido incorporando durante estos últimos años nuevas tecnologías enfocadas principalmente en generar aumentos en la productividad con su implementación a lo largo de toda su cadena productiva. Permitiendo así, mejorar por ejemplo los rendimientos de los cultivos, la reducción de los costos de insumos y los costos asociados a la mano de obra. El nivel de inversión en nuevas tecnologías en nuestro país en el sector agrícola de nuestro país sigue siendo bajo, sin embargo, se ha observado una tendencia a la penetración de las tecnologías de la información acotando progresivamente la brecha existente.

Uno de los índices más prácticos para saber cuándo realizar la cosecha es determinar el momento en que exista un porcentaje determinado de pelones quebrajados. Este porcentaje lo debe determinar cada productor, y su exigencia dependerá de la realidad e interés de cada productor. Complementariamente es necesario medir además el porcentaje de pelones adheridos. Para los casos que el productor no cuente con algún sistema de despelonado mecánico, éste no debe superar idealmente el 5%. A su vez, para poder planificar la cosecha hay que considerar algunos factores tales como: capacidad de secado diario y las condiciones climáticas locales. Otro factor relevante es el uso de reguladores de crecimiento para adelantar la cosecha, el uso de etileno como principal práctica, económicamente aconsejable solo cuando existe una alta presión de robo o cuando se debe programar la cosecha de grandes volúmenes, distribuyendo de mejor manera la recolección de frutos.

En huertos de etapa productiva es fundamental establecer esta práctica como un manejo general, la poda en verde apunta a dos objetivos principalmente; mejorar la iluminación y controlar el vigor. De esta manera se logra una óptima entrada de luz hacia diferentes sectores de la planta, favoreciendo la formación de órganos reproductivos (yemas florales), elementos esenciales para la producción de la siguiente temporada. Puesto que el verano es el momento oportuno para obtener o “cosechar” luz por parte de las plantas es importante que esta penetre en la canopia para un óptimo funcionamiento en su proceso de fertilidad.

Uno de los momentos claves dentro de la temporada es sin duda la cosecha de cerezas. La cual, se concentra en un periodo muy acotado y con una gran demanda de mano de obra, por ende, es necesario planificar una serie de consideraciones fundamentales para obtener el mejor resultado posible. Principios básicos tales como; la estimación de volúmenes de cosecha por periodos condicionados por la ventana varietal, más la capacitación multidireccional y la retroalimentación de la cosecha, entre otros… serán decidores para un buen resultado final.

Los enraizantes o estimuladores de crecimiento radicular son un conjunto de productos que se utilizan en los cultivos para favorecer el crecimiento y desarrollo de las raíces, permitiendo además mejorar su capacidad de absorción de nutrientes y de agua. Su uso debe estar inserto dentro del programa de manejo de suelos, ya que la eficiencia de la aplicación puede variar radicalmente si se realiza en un suelo con problemas de compactación versus si se realiza en un suelo floculado, libre de impedimentos al paso del agua y aire. El tratamiento con enraizantes otorga a la planta un crecimiento más fuerte ayudando a protegerla de cualquier daño o adversidad natural por la que se pueda ver afectada. Adicionalmente, se espera una etapa de floración más abundante lo que incide en una producción mayor de frutos.

Es cierto que la polinización se ve mejorada con creces bajo la presencia de abejas en el huerto, sin embargo, no basta ver una cierta cantidad de cajas instaladas en el huerto: lo relevante es contar con un número importante de abejas polinizando activamente. Por lo cual, la calidad y actividad de las colmenas además de su mantención depende tanto del apicultor como del fruticultor. Desde hace algún tiempo los apicultores han estado proponiendo un mejor pago por los servicios de polinización. Para contar con colmenas de calidad, se debe incurrir en gastos de alimentación invernal. Además, se requiere financiar el control de las enfermedades y plagas, así como implementar los acuerdos de producción limpia.

Los Agroquímicos están entre las herramientas más eficientes para controlar las poblaciones de plagas: insectos, hongos y malezas, pero algunos de ellos pueden perder eficacia en el control cuando este ingrediente activo se usa frecuentemente, ya que las plagas evolucionan naturalmente y se vuelven resistentes. Los Comités de Acción de Resistencia (IRAC, HRAC y FRAC) han identificado fitosanitarios con el mismo Modo de acción y han otorgado a cada uno de estos una clasificación simple, proponiendo que se incluya en la etiqueta de cada producto. De esta manera, los usuarios puedan determinar el Modo de acción del producto que están comprando y conocer si es diferente al utilizado previamente. Es de vital importancia que el usuario desarrolle una estrategia de uso de agroquímicos, alternando los grupo y subgrupos químicos además de su modo de acción, lo que permite abordar el problema de una plaga preestablecida resistente a estos o evitar el desarrollo de la resistencia a su uso. Esta estrategia contribuye a un mejor manejo fitosanitario con mejoras en sanidad, calidad y rendimientos del cultivo.

Se considera helada cuando se registre temperaturas bajo los cero grados Celsius, ocasionando daño en el cultivo. El nivel de daño que sufra el cultivo dependerá de variados factores tales como la vulnerabilidad de la especie o variedad a bajas temperaturas, estado fenológico, intensidad de la helada, tiempo de exposición, ubicación geográfica, entre otros. Estos fenómenos causados por la variabilidad climática presente en las últimas decadas han llegado a considerarlas como catastróficas para el escenario de la producción agrícola . Por lo anterior, es una prioridad disponer de un efectivo sistema que pueda alertar en forma temprana de la eventual ocurrencia de una helada.

En el transcurso de estos años, el mejoramiento de las normas legales y reglamentarias nacionales relativas a la evaluación y autorización de plaguicidas de uso agrícola hace posible aseverar que nuestra legislación es comparable con aquella que aplican los países pioneros en estos temas. Esta constante actualización ha mejorado sustancialmente las exigencias y requisitos para orientar la importación, fabricación, venta, uso y manejo de agroquímicos en orden a maximizar la eficacia en el control de plagas en la agricultura, cautelando la salud humana, la salud animal y el medio ambiente. Sin embargo, aún con los esfuerzos realizados, la principal falencia yace en las deficiencias prácticas en el uso y manejo de plaguicidas a nivel predial.

El excesivo tránsito de la maquinaria agrícola en los suelos cultivados provoca problemas de compactación, que se ven agravados en suelos de textura mas arcillosa y/o con alto grado de humedad. El subsolado se realiza con la finalidad de romper estas zonas compactadas del perfil del suelo antes de la plantación de un frutal o en huertos establecidos que evidencien este problema. La compactación afecta fuertemente al desarrollo de raíces, principalmente entre los 0 y 40 cm de profundidad y en un ancho de 30 a 50 cm, desde la huella de tránsito del neumático del tractor. Por lo cual esta labor se hace una práctica habitual en el manejo del suelo para huertos frutales y parronales con el fin de recuperar el crecimiento de las plantas cuando existe un grado de resistencia física tal, que no permite una adecuada penetración de aire y de agua a lo largo del perfil en donde se espera el desarrollo radical. Siendo el objetivo básico, mejorar las condiciones estructurales del suelo y su capacidad de retención de humedad.

La aplicación de plaguicidas es una de las prácticas más importantes en la producción hortofrutícola a nivel mundial. En algunos casos representa más del 50 por ciento de la maquinaria utilizada en un huerto frutal en una temporada.

Pese a que pueda parecer mentira, hoy en día todavía hay quien piensa que el mundo de los seguros no tiene nada que ver con la maquinaria agrícola o los tractores. La realidad, sin embargo, es que todo vehículo motorizado debe contar con un seguro que, al menos, cubra los daños que puedan causarse a terceras personas. Un tractor es una máquina pesada y compleja que se utiliza para realizar trabajos específicos y que en ocasiones arrastra implementos que pueden causar accidentes o daños; por eso, y por otras razones, es necesario contar con un seguro que cubra tanto el vehículo principal como los aperos de trabajo.

Según un estudio de Goldman Sachs, se prevé que el sector agrícola será el segundo mayor usuario de drones del mundo en los próximos cinco años. Esto porque brindan nuevas posibilidades para abordar los desafíos de seguridad alimentaria, además de que su uso para la aplicación de productos fitosanitarios es muy prometedor para mejorar la vida de los agricultores.

El leasing operativo y financiero son herramientas que usan las empresas para entregar sus servicios. Ambos tratan sobre un contrato de arriendo de un bien a mediano o largo plazo donde se paga una cuota mensual, sin embargo, cuentan con algunas diferencias entre sí. A continuación, definiremos ambos tipos y te contaremos algunas de estas diferencias entre ellos.

Los herbicidas son productos utilizados para eliminar plantas indeseadas, malas hierbas que afectan los cultivos. Existen diversos tipos dependiendo del uso que se le quiera dar. A continuación, te contamos algunos de ellos.

Al 2050 los rendimientos de cultivos podrían caer casi un tercio.

Las recientes lluvias trajeron varios problemas para la producción hortícola y frutícola, principalmente en uva de mesa y arándanos. ¿Habrá sido posible evitar estos problemas?, después de este suceso ¿Tendremos todas las herramientas para poder soportar eventos climáticos similares?

Por causa del Covid-19 se ha visto una baja disponibilidad de gente para la realización de labores agrícolas, principalmente en la cosecha. Es por esto que la mecanización de labores se ha visto como una alternativa para mitigar el impacto producido por la pandemia. ¿Será este el futuro de la agricultura?

En la agricultura, la falta de mano de obra para realizar labores como cosecha y el costo asociado a ella, ha llevado a la industria a crear máquinas que puedan reemplazar esta labor, las cuales presentan diversas ventajas y desventajas.

El infaltable en casi toda producción agrícola, el tractor, o por lo menos todos queremos tener uno, del cual existen diferentes tipos según la labor que queremos realizar, es así como encontraremos fruteros, agrícolas, cabinados, orugas, entre otros, diferenciándose en tipos de tracción, ancho, potencia, comodidades y tecnología.

La decisión de comprar cualquier maquinaria depende de factores como costo de inversión, fuente de financiamiento, oportunidad de uso, depreciación, y otros costos asociados a la operación de la misma que pocas veces se consideran, como revisiones, repuestos, combustible, operario, y lugar de almacenamiento.

En casi todo tipo de producción agrícola se utilizan los equipos pulverizadores, indispensables para realizar las aplicaciones fitosanitarias en nuestros cultivos. Es por ello que debemos saber que hacer antes y después de cada uso para realizar aplicaciones homogéneas y obtener los mejores resultados.

En la mayoría de las producciones agrícolas hay un tractor, es por ello que se deben conocer los cuidados básicos de esta máquina antes de salir a cada labor para evitar problemas o desperfectos en el campo.