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Subsolado, consideraciones para huertos frutales

21 de July de 2022 | Por Equipo Agromatch

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El excesivo tránsito de la maquinaria agrícola en los suelos cultivados provoca problemas de compactación, que se ven agravados en suelos de textura mas arcillosa y/o con alto grado de humedad. El subsolado se realiza con la finalidad de romper estas zonas compactadas del perfil del suelo antes de la plantación de un frutal o en huertos establecidos que evidencien este problema. La compactación afecta fuertemente al desarrollo de raíces, principalmente entre los 0 y 40 cm de profundidad y en un ancho de 30 a 50 cm, desde la huella de tránsito del neumático del tractor. Por lo cual esta labor se hace una práctica habitual en el manejo del suelo para huertos frutales y parronales con el fin de recuperar el crecimiento de las plantas cuando existe un grado de resistencia física tal, que no permite una adecuada penetración de aire y de agua a lo largo del perfil en donde se espera el desarrollo radical. Siendo el objetivo básico, mejorar las condiciones estructurales del suelo y su capacidad de retención de humedad.

Consideraciones previas al subsolado

1.       Antes de iniciar la labor, es necesario determinar la profundidad y espesor de la capa compacta que se desea destruir. Para ello se recomienda, de acuerdo a la variabilidad del suelo, abrir en la superficie de terreno a subsolar, una o más calicatas separadas a una distancia de 50 a 100 mt (dependiendo del área de trabajo) para observar el perfil y la resistencia mecánica que opone el suelo en los horizontes respectivos. Se debe complementar con la presencia o ausencia de raíces de malezas, las cuales al estar ausentes confirman el problema de la existencia de algún impedimento físico. Este análisis nos permitirá determinar la profundidad de trabajo.

 

2.       El subsolado tiene requerimientos muy altos de potencia en la maquinaria, especialmente si se trata de suelos muy compactados ó si el trabajo debe realizarse a gran profundidad. Normalmente la potencia requerida supera los 90 HP o mas de 110 HP en tractores si la profundidad a subsolar es de 60 a 70 cm.

Si lo que se busca es mejorar las condiciones físicas de un suelo para replante o plantación de un frutal, se puede trabajar con condiciones de escasa humedad, requiriendo para estos casos un equipo de mayor potencia como el caso de Bulldozer D6,7,8 o D9 con orugas o bien como alternativa una excavadora con garra tridentada. Finalmente, respecto al uso de estas máquinas, es importante señalar que el subsolado con garra de ninguna manera reemplaza el subsolado con Bulldozer, en algunas situaciones funciona mejor, y en otras simplemente no sirve, como por ejemplo en suelos con tosca, suelos pedregosos, y en terrenos muy secos, así como el Buldócer no funciona bien en suelos con mucha de humedad, donde la garra funciona bien.

Es fundamental entender que, si no se selecciona la potencia adecuada, el trabajo quedará imperfecto y con un alto costo

 

3.       Para conseguir un mayor efecto agrietador en el terreno, es recomendable trabajarlo con una humedad entre 5 a 15% (casi seco). Este suelo se puede conseguir en otoño para subsolados de preplantación y en el periodo de postcosecha, cuando se hayan suspendido los riegos, en el caso de un frutal establecido. Cabe mencionar que, si se realiza con suelo muy húmedo, lo único que se conseguirá es cortarlo y no producir el resquebrajamiento deseado, transformándola en una labor ineficiente. Por otro lado, al realizar una labor con suelo demasiado seco, el tamaño de los terrones será indeseablemente grandes, con una pequeña superficie específica, situación muy difícil de corregir posteriormente. Es por esto, que la preparación de suelo nunca debe realizarse con excesiva humedad ni tampoco con suelos extremadamente secos.

El contenido de humedad para la preparación podríamos definirlo coloquialmente como: “Atrasado para regar o en el Umbral de riego”.

 

En resumen, la labor de subsolado permite romper las capas endurecidas o compactadas del subsuelo buscando mejorar la penetración de las raíces, la permeabilidad del agua en el perfil del suelo, y el drenaje superficial. De esta forma, se mejora la aireación del suelo con lo que se agiliza el intercambio gaseoso y la actividad microbiana a nivel radical, facilitando el crecimiento y desarrollo de las plantas, fundamental para optar a producciones rentables en su etapa de madurez.

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