Para los productores frutícolas la mano de obra es esencial para la realización de las labores de cosecha, por lo que la disminución en la cantidad de trabajadores disponibles, dadas las restricciones sanitarias, ha afectado enormemente a la producción de fruta. En años anteriores muchos extranjeros venían a Chile a trabajar  en las distintas cosechas que se realizan a lo largo del país, pero el año 2020 esto no fue posible debido al cierre de fronteras y la gran cantidad de cordones sanitarios en el territorio chileno, afectando seriamente al sector productivo agrícola.

Por ejemplo, en la Región de Atacama se esperaba que llegaran alrededor de 20 mil personas para cosechar uva de mesa, pero solo llegaron 8 mil personas para realizar esta labor (Emol, 2020). Esta baja se debe a que no llegaron extranjeros desde Perú y Bolivia por los cordones sanitarios y aduaneros por efecto del Covid-19. En relación con esto, el ex ministro de agricultura, Antonio Walker, mencionó que “las restricciones sanitarias para Perú y Bolivia han implicado que no haya mano de obra para la cosecha. La gente está buscando dónde emplearse, pero es bien paradójico, porque por un lado perdimos 1.800.000 empleos y por otro lado, vemos que en muchas cosechas está faltando mano de obra”